8.12.04

Paradox

Van varias conversaciones con los schellingianos que me dejan pensando. La primera fue sobre la eutanasia y duró unas tres horas a bordo de un tren. La segunda, también ferroviaria, fue sobre el cristianismo. Jorge el Pescador decía que el cristianismo es, como mínimo, paradójico. La serie de dogmas básicos (Dios hecho hombre, por ejemplo) no le parecen racionales. Me quedé pensando en esto y llegué a lo siguiente: sí, el cristianismo es paradójico. Pero es que el ser humano es paradójico. No hay ninguna experiencia o verdad profunda que no sea paradójica, porque nuestra esencia lo es. Sin embargo, nos es incómodo ser así y preferiríamos certezas blanco y negro, claridad. Rechazamos la paradoja. El cristianismo nos viene a mostrar hasta qué punto somos paradoja y hemos de aceptarla y vivir en ella. Hoy después del seminario fuimos a tomar una cerveza. Salió al final este tema. Coincidimos con Pescador en que hay que poner la vida en juego, arriesgar, ponerse en peligro, sin miedo, sin aferrar, sin convertir el cristianismo en un sistema de seguridad y sin esperar "premios". Pero para Pescador eso no implica que haya un horizonte (de resurrección), algo por lo que valga la pena arriesgar la vida porque es más grande que nosotros, porque es una vida más plena. Para él la ausencia de miedo (¿confianza?) se debe a que todo será tragado por la tempestad y aniquilado, también los santos. El otro Thomas se rió mucho con esta salida semi poética. La vida es paradoja, contribuyó, y por eso lo posmoderno da tanto juego. Y Schelling también. Entonces se le preguntó a AnnaLena (siempre nerviosa y con voz infantil, pero apasionada, auténtica) si ella creía en algo. Se quedó callada y sólo dijo: hay algo, no diré qué, por lo que yo moriría. Y saber eso me hace sentir bien. Una respuesta de impacto, un momento fuerte. No supimos qué era aquello en lo que creía. Thomas le hizo una buena objeción: morir como héroe no es lo mismo que morir en ridículo... ¿qué hacer con la vanidad interior de haber muerto como héroe? hay que morir a sí mismo, al final. Y eso implica pasar una suerte de vergüenza. Yo: libertad de sí mismo, como en Schelling. Pero yo no concibo poder ser libre de sí mismo, estar dispuesto a esa muerte "social" (aunque sea frente a ti mismo, dijo Thomas), a que muera tu imagen de ti, sin creer en algo por lo que vale la pena, sin ese algo que te libera. Ahí es donde la posición de Pescador no es coherente, me parece: no se tiene miedo porque se confía.
Creo que hay que empezar por donde AnnaLena: hay algo por lo que yo daría la vida. No digo qué. Despiertas curiosidad...
Otra cosa interesante fue que pude hablar un poco con el Hogar del Libro sobre su maestro, el Hombre Esperanza. El Nietzsche-ressistenter-Gottesbeweis no es tal, no concluye. Vaya, qué pena. Que el ejemplo de los pájaros lleva unos veinte años, y sí tiene que ver con Borges... Que lo que le admiró siempre de su maestro fue ese empeño por pensar de manera estrictamente racional los contenidos de la fe. Es decir, sin usar "metáfora", "paradoja", nada de eso a donde yo tiendo ahora, sino como algo perfectamente lógico y comprensible. Éso es lo que el Hogar del Libro siempre ha buscado. Le dije que me daba la impresión que ese empeño estaba reservado al Hombre Esperanza, que ya no vale ponerse en ese plan. Me dijo que por supuesto que vale, y que siempre tendrás la ventaja de tener argumentos racionales (estar del lado de la razón) frente a los que te digan que no se vale, lo cual no es un argumento. Entonces le dije que su maestro me había recordado a Incierto. Sí... son gente que irradia algo, que está segura de estar del lado racional, dijo. Pero a Incierto sólo le vio un par de veces. Le intenté explicar que Incierto era alguien que te podía influir mucho, pero sobre todo personalmente y no por sus escritos, que me daba la impresión de que no buscó ser conocido y sus escritos los dejó oscuros, complicados. Entonces me dijo lo siguiente, que me dejó algo triste porque sospecho que es representativo: mi maestro siempre estuvo más dispuesto que yo a dialogar a pesar de desacuerdos en lo religioso... !! Sospecho que Incierto tuvo que pagar por su "destino", porque siempre se le vio con desconfianza o sospecha, como si fuera de una secta extraña. Esa es la impresión que tengo en estos lares.